El vino me distrae. Quiero decir que me distrae el
vino acompañado de su olor, que me trae recuerdos de la suavidad y el placer,
que me invita a probar su color carmín muerto con los ojos y su sabor de fuerza
disimulada con la lengua, la cual se inunda en pensamientos puros dotados de
máscaras para que nadie los advierta.
El vino me distrae porque no he sido yo la que lo ha
decido probar. El vino me distrae porque me ha cautivado al preguntarme si
quiero conocer el sabor de los cultivos de Italia en un piso de Copenhague.
Quiero perderme en lo que me distrae. Quizá si me
pierdo hallaré la hoguera y naceré dentro de mis cenizas cual Félix hermoso.
Llegó el momento de poner mis pies en los quizás,
mis ojos sangran calor, pronto van a llorar como un niño desdichado.
Quizás resuelva mi vida, quizás esa puerta en la
pared se abra y aparece, de pronto, allí, en lo incierto, mi palacio de cristal
con sus complicadas maravillas. Quizás me vea inmortal y escriban historias
sobre mí como si hablasen de leyendas. Quizás la improvisación me mate antes de
hora y quizá el destino ha creado un puente hacia mi eternidad. ¡Y yo no soy
capaz de escapar del destino!
Porque no quiero.
Porque es estimado.
Porque le conocí gracias al destino y ya confío, ya
le estoy agradecida y sonrío dolida pero feliz.
como siempre pasada de entrada! hacia tiempo que no me pasaba y actualizaba el blog !
ResponderEliminarPasatee !!
Pasada de blog !
http://train-coollife.blogspot.com